domingo, 11 de julio de 2010

De cómo fue la vida del olvidado Capitán Schulze

En campo de plata, dos lobos pasantes de gules. Él todo rodeado por filiera de oro. Por soportes en diestra y siniestra dos grifos rampantes de oro linguados de gules. Al timbre cabeza de águila de sable, pico de oro, linguada de gules y sumada de la Corona real de Prusia. Al pie por divisa “pugnare usque ad mortem”, de sable, en cinta de oro.


"Nacido el 22 de julio de 1853 en la importante ciudad de Potsdam, residencia de la corte prusiana, Manfred Schulze era hijo de un destacado militar, que pocos años después encontraría la muerte en los campos bohemios donde tuvo lugar la gloriosa batalla de Königgrätz (3 de julio de 1866) frente al humillado imperio austriaco.

A punto de cumplir los trece años y huérfano de padre, es encomendado bajo la tutela de su tío materno, el glorioso mariscal Helmuth von Moltke. Con semejante referente, Manfred no duda en ingresar en el ejército al estallar la Guerra Franco-Prusiana, concretamente en el Primer Regimiento de Infantería de la Guardia (1. Garde-Regiment zu Fuß).

Durante esta guerra combate en la sangrienta Batalla de Gravelotte (18 de agosto de 1870) siendo levemente herido en una pierna por un proyectil francés. Durante su convalecencia conoce a la joven Mina Schuman con la cual, tras una breve pero apasionada semana, contrae matrimonio el día 26 del mismo mes ante la inminente vuelta al frente de Manfred. Tras su recuperación participa en la Batalla de Sedán (1 de septiembre de 1870), que marca el fin del II Imperio Francés y la unificación de Alemania bajo el poder prusiano. Al finalizar la batalla es ascendido al grado de Sargento (Feldwebel) pero esta grata noticia se ve ensombrecida por un correo que le informa la trágica noticia de la muerte de su reciente y amada esposa, lo cual le entristece y enfurece a partes iguales. A raíz de la muerte de Mina, el carácter de Manfred se oscurece hasta apenas poder vislumbrarse al hombre que antes era y un brote de sádica violencia aflora.

El mismo mes de septiembre comienza el asedio a París que se extiende hasta enero del año siguiente, aunque en el período de tiempo transcurrido participa también en la Batalla de Le Bourget (27 a 30 de septiembre de 1870). Por sus métodos poco ortodoxos a la hora de tratar a sus enemigos durante el asedio a la capital gala, es conocido por el sobrenombre de Manfred Fleischer (“el carnicero”), prohibiendo a sus hombres la captura de prisioneros y ejecutando a los civiles sospechosos de ayudar a las tropas francesas. Sus actos de valentía casi suicida en el campo de batalla le granjean el respeto de sus hombres pero entre sus filas también corre el rumor de si sus actos son heroicos o acaso una muestra de la escasa consideración que tiene por su vida, que le lleva a actuar más bien como un demente, pudiendo arrastrar a sus soldados a la muerte sin apenas inmutarse.

Gracias a sus méritos militares asciende al grado de Capitán (Hauptmann) y tras varios años en la reserva se alista como voluntario en la Schutztruppe enviada al África del Sudoeste Alemana (Deutsch-Südwestafrika). Combatiendo en 1904 en la Batalla de Waterberg frente a los herero, esta vez en una unidad de caballería.

Actualmente se encuentra de nuevo de Potsdam, encargado del adiestramiento de los jóvenes soldados frente al oscuro porvenir que les aguarda si se enciende la mecha de este polvorín que es la Europa de 1914."



Posteriores publicaciones se centrarán en aquellos convulsos años que siguieron al fin de la Guerra Franco-Prusiana, y cómo el Capitán se vio inmerso en las oscuras intrigas del poder.